Sala Redacción (IA). – El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, explicó durante el Congreso de Tesorería en Cartagena el papel clave que desempeñará la entidad en la administración del Fondo de Ahorro del Pilar Contributivo (FAPC), una iniciativa derivada de la Ley 2381 de 2024 que transforma el sistema pensional colombiano.
Un sistema de cuatro pilares
La reciente reforma pensional establece un nuevo Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, basado en cuatro pilares: solidario, semicontributivo, contributivo y de ahorro voluntario. En el pilar contributivo, los aportes de los trabajadores se dividirán entre un componente de prima media y otro de ahorro individual. Colpensiones administrará las cotizaciones de quienes devengan entre 1 y 2,3 salarios mínimos, lo que representará un significativo aumento de recursos para la entidad.
Sin embargo, este excedente de recursos es temporal, ya que, en el futuro, Colpensiones requerirá más fondos para cubrir el pago de pensiones. Según estimaciones oficiales, el FAPC podría agotarse hacia 2070, lo que generará la necesidad de que el Gobierno incremente su aporte para cubrir el déficit. Por esta razón, se prevé que el sistema deba ajustarse en términos de edad de jubilación y porcentajes de cotización.
El rol del Banco de la República
El FAPC será administrado por el Banco de la República con el objetivo de generar rentabilidad en el mercado de capitales. Para ello, contará con la dirección de un Comité Directivo compuesto por tres miembros del Gobierno y cuatro expertos independientes designados por la Junta Directiva del Banco.
El Banco asumirá la administración del Fondo bajo una responsabilidad de medio y no de resultado, asegurando una separación estricta entre los recursos del FAPC y sus propias funciones de política monetaria, cambiaria y crediticia. La infraestructura operativa del Banco garantizará una gestión basada en principios de prudencia y diligencia, siguiendo modelos similares al Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE), que administra recursos petroleros para el Gobierno.
Implicaciones financieras y normativas
Según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), los ingresos anuales del FAPC oscilarán entre el 0,9% y el 1,2% del PIB, alcanzando un pico de 660 billones de pesos, equivalentes a más del 35% del PIB. A partir del 2051, estos ingresos comenzarán a disminuir progresivamente. Desde su entrada en vigor el 1 de julio, se estima que el Fondo recibirá aproximadamente 1,4 billones de pesos mensuales, lo que hace urgente la definición de regulaciones para su adecuado funcionamiento.
Para su puesta en marcha, se requiere un marco normativo que precise la composición y funciones del Comité Directivo del FAPC, así como los criterios de selección de administradores delegados y lineamientos de inversión. Aunque el Banco de la República ha trabajado con el Ministerio de Hacienda y la Unidad de Regulación Financiera (URF) en la elaboración de un decreto reglamentario, este aún está en revisión por parte del Ministerio de Trabajo.
Riesgos y retos para la implementación
El retraso en la expedición de la normatividad podría afectar la operatividad del Fondo y el cumplimiento de los plazos establecidos. Se deben definir, entre otros aspectos, la estructura de subcuentas generacionales, las políticas de inversión y el esquema de desacumulación de recursos.
El Banco de la República ha reiterado su disposición para colaborar con los diferentes actores involucrados en la regulación del Fondo, instando al Gobierno a acelerar la expedición de los decretos necesarios. La efectiva implementación del FAPC es clave para la estabilidad del sistema pensional colombiano y su impacto en los mercados financieros y de capitales.
En conclusión, la administración del FAPC por parte del Banco de la República es un paso crucial para la sostenibilidad de las pensiones en Colombia. No obstante, el éxito de esta iniciativa dependerá de una regulación oportuna y efectiva, así como de la coordinación entre las entidades responsables para garantizar su adecuada implementación en los tiempos previstos.
