Por Hegel Ortega Madero. – El contundente 5-0 de Real Cartagena sobre Bogotá F.C. no solo dejó tres puntos en el bolsillo, sino también una declaración de intenciones. Este equipo no está para especular ni para titubear en su objetivo. Desde el pitazo inicial, los dirigidos por Mario Sebastián Viera impusieron condiciones, dominaron cada sector del campo y mostraron una actitud de equipo con hambre de gloria.
La solidez defensiva con Barrios y Villa en la zaga, más la experiencia y claridad de Marrugo en la salida, permitieron que el equipo jugara con equilibrio. Pero fue en ataque donde Real Cartagena marcó diferencias. Juan José Ramírez estuvo inspirado, Salcedo y Vita fueron piezas clave en la creación, y Wilfrido de la Rosa, con su doblete, ratificó su instinto goleador. El cierre con broche de oro lo puso Fredy Montero, quien, con su categoría intacta, firmó el mejor gol de la tarde.
Bogotá F.C., por su parte, nunca encontró la manera de frenar el aluvión auriverde. Solo Brian Castro intentó dar señales de vida en un equipo que sigue en proceso de formación y que deberá mejorar mucho si quiere competir en serio. Más allá del resultado, lo verdaderamente importante es que Real Cartagena demuestra que tiene los argumentos para ser protagonista. El objetivo está claro: ascender. Y para eso, no hay margen de error. Cada partido debe jugarse como una final. Este fue un paso firme, pero el camino es largo. Lo saben Viera, los jugadores y la afición, que sueña con volver a la primera división.
