La carismática Señorita Bolívar destaca por su liderazgo territorial y su inspiradora conexión con los 56 municipios
Con determinación avanza María José Ayazo Alzamora, quien representa con orgullo al Departamento de Bolívar en el Concurso Nacional de Belleza®, llevando consigo un mensaje de identidad, liderazgo y compromiso territorial que la ha posicionado como una de las candidatas más admiradas por su cercanía con la gente. Su voz y su presencia inspiran a un departamento completo que reconoce en ella el reflejo de la mujer bolivarense contemporánea: preparada, auténtica y profundamente conectada con su territorio.
“La verdad es que es un honor para mí representar a 56 municipios, un departamento completo. Me llena de orgullo. Soy cartagenera, pero con un alma bolivarense increíble”, afirmó la Señorita Bolívar, dejando en claro que su identidad trasciende fronteras y que su compromiso con la región se vive desde la raíz y desde la convicción personal.
Con 25 años, administradora de empresas y especialista en gerencia empresarial, María José se proyecta como una candidata integral. Su energía, su aptitud y su propósito están centrados en que la corona se quede en casa, respaldando la visión institucional del gobernador Yamil Arana y fortaleciendo la presencia de Bolívar en escenarios nacionales e internacionales.
“Pretendo dar mi 100%. Quiero seguir con el lema de nuestro gobernador: ser una reina de territorio, una reina reconocida por su liderazgo, su compromiso y su conexión con la gente”, expresó con firmeza, reafirmando que su reinado no se limita al brillo, sino a la representación real de las comunidades.
Una banda impuesta en territorio: Símbolo de presencia institucional.
Un hecho inédito marcó su designación oficial. La imposición de su banda se realizó en el municipio de Santa Rosa del Sur, un territorio históricamente apartado de los escenarios protocolares. Este gesto del Gobernador simboliza el interés de Yamil Arana por recorrer el departamento de norte a sur, llevando institucionalidad, presencia y reconocimiento a cada municipio.
Para María José, este momento fue profundamente significativo:
“Ser una reina de norte a sur ha sido increíble. Santa Rosa me acogió de una manera maravillosa. Sus vistas, sus paisajes, su cultura, su música y su gastronomía son únicas”, compartió emocionada, resaltando la diversidad y riqueza que definen el corazón del departamento.
Este recorrido le ha permitido consolidarse como una reina cercana, empática y con un fuerte sentido de pertenencia. Durante su travesía, ha estrechado lazos con comunidades, autoridades locales y líderes sociales, reflejando un rol activo que fortalece la misión de visibilizar el potencial humano, turístico y cultural de Bolívar.
Alma bolivarense: Identidad, liderazgo y proyección interrnacional.
“Alma bolivarense” no es solo una frase para María José; es una forma de vivir y sentir su región. Su trayectoria en el departamento, acompañando al Gobernador Arana, la ha consolidado como una representante legítima de la diversidad territorial, desde las zonas céntricas hasta los municipios más alejados.
Con una estatura de 1,76 y más de 2 metros al usar tacones, como ella misma dice entre risas, María José Ayazo combina presencia escénica con una sensibilidad humana que conecta profundamente con la población. Su aspiración es clara: alcanzar la corona para que Bolívar obtenga mayor visibilidad en escenarios nacionales y globales, destacando la fuerza, historia y riqueza cultural del departamento.
Su preparación académica, su carisma y su experiencia recorriendo el territorio fortalecen su candidatura. Cada paso que ha dado como Señorita Bolívar refleja un proceso de construcción colectiva, en el que la comunidad y las instituciones departamentales se suman como aliados de su causa.
María José Ayazo Alzamora se consolida como una candidata que combina liderazgo, preparación, sentido social y un profundo amor por su tierra. Su “alma bolivarense” no solo la define, sino que impulsa su sueño de llevar el nombre de Bolívar a lo más alto, representando a un territorio que vibra, respira y sueña con ella.
