Por: Hegel Ortega Madero
La Selección Colombia despidió el 2024 con una derrota inesperada y preocupante. Ecuador, con un planteamiento incisivo y un Hernán Galíndez monumental bajo los tres palos, silenció al Metropolitano de Barranquilla al imponerse 0-1. Fue un partido en el que la Tricolor tuvo la posesión, generó ocasiones, pero volvió a pecar en lo mismo de siempre: la falta de definición.
Los primeros minutos dejaron entrever lo que sería la tónica del encuentro. Colombia intentó construir desde la asociación, con James Rodríguez como eje creativo, pero fue Ecuador quien golpeó primero. Apenas al minuto 6, un error en salida de Richard Ríos terminó en los pies de Enner Valencia, quien, con la jerarquía que lo caracteriza, se abrió camino entre los centrales y definió con un zurdazo implacable. Ecuador se ponía arriba en el marcador con la frialdad de un equipo que sabía lo que había venido a buscar.
El gol sacudió a Colombia, que asumió el control del balón pero no logró concretar. Jhon Córdoba, solitario en el frente de ataque, luchó incansablemente contra los defensores ecuatorianos, pero la conexión con sus compañeros no fue suficiente. Incluso, cuando James comenzó a aparecer en su máxima expresión —con pases milimétricos y centros venenosos—, la historia seguía siendo la misma: los goles no llegaron.
El partido dio un vuelco dramático en el minuto 34, cuando Piero Hincapié dejó a su equipo con uno menos tras derribar a Córdoba en una jugada manifiesta de gol. El tiro libre posterior, ejecutado por James, hizo volar a Galíndez, quien empezaba a construir su leyenda en Barranquilla. Con un hombre de más y el viento a favor, se esperaba que Colombia pudiera encontrar el empate, pero la historia terminó siendo cruel para los locales.
El segundo tiempo fue un monólogo ofensivo de Colombia, con más voluntad que claridad. Luis Díaz se vistió de héroe en varias ocasiones, primero con un cabezazo que estremeció el palo y luego con una jugada individual que rozó el empate. Sin embargo, entre la falta de puntería y la figura impenetrable de Galíndez, el gol nunca llegó. Ni siquiera los ingresos de Jhon Durán y Juan Fernando Quintero lograron cambiar el destino de un partido que Ecuador supo defender con valentía.
Con esta derrota, la Tricolor cierra el año en el cuarto puesto de las Eliminatorias, pero con la sensación de que el equipo de Néstor Lorenzo no termina de convencer. Ahora, con duelos clave ante Brasil y Paraguay en el horizonte, es momento de reflexión. La eliminatoria sigue abierta, pero si algo queda claro tras esta noche es que el fútbol no perdona a quienes fallan en los momentos cruciales.
El Metropolitano, que tantas alegrías ha vivido, esta vez se despidió en silencio