Sala Redacción (IA). – En la apertura del 22° Congreso de Riesgos, Jonathan Malagón, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), señaló que la estabilidad financiera es el denominador común entre los 41 países desarrollados, resaltando el rol que desempeña el sector financiero en el avance de Colombia hacia este grupo. Según Malagón, alcanzar el estatus de país desarrollado requiere duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, lo que implica incrementar en 6.900 dólares este indicador. También subrayó la necesidad de aumentar la inversión en infraestructura, un sector donde Colombia aún está rezagada, con una inversión que representa el 13% del PIB frente al 22% en países desarrollados.
Malagón afirmó que, desde el punto de vista financiero, Colombia está más cerca del estándar mundial de lo que parece. Explicó que el país cuenta con un sistema financiero moderno y eficiente, apoyado en un Sistema Integral de Administración de Riesgos (SIAR) que se caracteriza por ser sostenible, innovador, accesible y robusto. Según Malagón, “lo financiero no es un elemento de divergencia, sino un elemento de convergencia hacia el primer mundo”.
Un ejemplo destacado de esta convergencia es la cartera sostenible, que asciende a 72 billones de pesos y representa el 10% de la cartera total del sector bancario. Estos recursos han sido invertidos en proyectos de construcción, transporte y energía sostenibles, beneficiando también a poblaciones históricamente excluidas. Además, el sistema financiero colombiano ha invertido fuertemente en innovación, alcanzando 621.000 millones de pesos en 2023, lo que representa un aumento del 25% en comparación con 2022. Esta cifra constituye el 20% de la inversión total en innovación en el país, demostrando el compromiso del sector financiero en fomentar la modernización y accesibilidad de los servicios.
En términos de acceso, Malagón resaltó que el 95% de los adultos colombianos poseen al menos un producto financiero, y que 7 de cada 10 adultos usan billeteras digitales. Esto posiciona al sistema financiero como uno de los sectores más inclusivos y accesibles del país. Asimismo, en cuanto a solvencia, el sistema mantiene un índice del 17%, que, aunque menor al 21% de las economías avanzadas, supera ampliamente el mínimo regulatorio del 9% y coloca al país en una posición favorable frente a los estándares globales.
A través de estas estrategias, el sector financiero colombiano se proyecta como un elemento clave en el crecimiento económico y social, y en el acercamiento de Colombia a los estándares de los países desarrollados.