Sala Redacción (IA). – En su último informe de política monetaria, el Banco Central de Colombia confirmó una disminución en la inflación durante el tercer trimestre de 2024 y proyectó que esta continuará en una senda de desaceleración gradual. La entidad pronostica que la inflación alcanzará el 3 % hacia finales de 2025, mientras que la previsión para el cierre de 2024 se sitúa en un 5,3 %. Esta expectativa de menor inflación responde a varios factores que han contribuido a mitigar la presión sobre los precios, como la mejora en la oferta de alimentos procesados y la disminución de los costos internacionales en algunos bienes clave.
En septiembre de 2024, la inflación general se situó en un 5,8 %, una cifra que representa una disminución mayor a la anticipada. Este comportamiento está en línea con las decisiones del Banco Central de ajustar la política monetaria en respuesta a los factores que previamente impulsaron la inflación al alza. Entre estos se encuentran el encarecimiento de la energía y los combustibles, además del incremento en precios de bienes importados. Los analistas señalan que la política monetaria ha comenzado a mostrar sus efectos, al permitir la estabilización gradual de los precios en varios sectores de la economía.
Factores clave en la reducción de la inflación
Según el informe, la reducción de la inflación obedece a un conjunto de factores que han favorecido el descenso de los precios. Uno de los más relevantes ha sido la mejora en la oferta de alimentos procesados, un sector cuyo desempeño ha tenido un impacto positivo sobre la inflación general. A medida que la disponibilidad de alimentos ha aumentado, sus precios han experimentado ajustes a la baja, lo que a su vez ha reducido la presión sobre el costo de vida de los colombianos.
Otra de las razones que explica esta desaceleración es la disminución de los ajustes en precios de la electricidad y los combustibles. La baja en los costos internacionales de varios productos y materias primas también ha contribuido a la moderación en los precios de mercancías en el mercado nacional. Estos efectos se traducen en una perspectiva de inflación decreciente que ha fortalecido la confianza en la política de contención adoptada por el Banco Central.
Aun así, el ritmo de desaceleración ha sido dispar en diferentes sectores. Los servicios, particularmente los arriendos y las comidas fuera del hogar, han mostrado una menor desaceleración. Esto se debe en parte a la indexación, una práctica común en contratos de arriendo y otros servicios que ajusta los precios en función de la inflación pasada, generando un rezago en la reducción de sus tasas de aumento.
Expectativas de inflación y efectos de la política monetaria
El Banco Central destacó que las expectativas de inflación a mediano plazo están alineadas con el objetivo de reducción que se espera alcanzar en 2025. Los pronósticos muestran que los agentes económicos prevén una tendencia decreciente de la inflación, lo cual es un indicativo de que las medidas de política monetaria implementadas han comenzado a surtir el efecto esperado.
Las proyecciones de inflación para los próximos meses reflejan no solo el impacto de la política monetaria, sino también la corrección de factores que anteriormente habían ejercido presión sobre los precios. En el pasado reciente, los incrementos en costos energéticos y en materias primas habían influido en la aceleración de la inflación; sin embargo, estos factores se han ajustado y están contribuyendo a la estabilización de los precios.
No obstante, persisten incertidumbres que podrían afectar la evolución de la inflación. Entre estos factores, el Banco Central menciona la volatilidad en las condiciones financieras internacionales y el ajuste fiscal que se está llevando a cabo en Colombia. La dinámica del tipo de cambio es otro aspecto clave en el panorama inflacionario, ya que una depreciación del peso frente al dólar podría elevar el costo de bienes importados y presionar los precios al alza.
Desafíos en la desaceleración de precios en servicios y alimentos
El Banco Central también advirtió sobre algunos factores específicos que podrían limitar la velocidad de la reducción inflacionaria. Uno de los elementos de incertidumbre es el ritmo de desaceleración de los precios de algunos servicios, como los arriendos. La indexación y otros factores estructurales han hecho que los servicios experimenten una desaceleración más lenta en comparación con otros rubros de la economía.
Los alimentos también presentan una variable incierta para el control de la inflación. Aunque la oferta de alimentos procesados ha mejorado, factores como el clima y la demanda global pueden influir en la disponibilidad y el precio de productos agrícolas en el país. Esto puede hacer que, aunque en términos generales los precios de los alimentos bajen, ciertos productos específicos puedan experimentar alzas debido a la volatilidad en su producción.
Además, algunos bienes y servicios regulados, como la energía y los combustibles, podrían afectar el pronóstico inflacionario. Cualquier ajuste en los precios de estos productos tiene un impacto directo sobre la inflación, dado que son productos esenciales y de consumo masivo en el país.
### Impacto del aumento del salario mínimo en 2025
Otro factor que podría influir en la inflación es el aumento del salario mínimo que se fijará para 2025. Este ajuste anual impacta directamente en los costos laborales y, por ende, en los precios de algunos bienes y servicios. Aunque el Banco Central aún no estima el porcentaje de incremento, reconoce que el ajuste podría tener un efecto en los precios y generar presiones adicionales sobre la inflación.
De acuerdo con el Banco Central, el ajuste salarial debe tener en cuenta el equilibrio entre el poder adquisitivo de los trabajadores y la estabilidad de los precios. El aumento del salario mínimo puede beneficiar a los trabajadores en términos de ingreso disponible, pero un ajuste desproporcionado podría desestabilizar la economía en general, creando una presión inflacionaria que contrarreste los esfuerzos de contención de precios.
Perspectivas y políticas hacia 2025
Con la expectativa de alcanzar una inflación del 3 % para finales de 2025, el Banco Central se muestra optimista frente al comportamiento de la economía en los próximos dos años. A medida que los efectos de la política monetaria se consolidan y los factores que anteriormente presionaban los precios al alza se corrigen, la inflación debería acercarse a niveles que permitan una mayor estabilidad económica y un crecimiento sostenido.
El Banco Central reiteró su compromiso de monitorear de cerca las condiciones económicas internas y externas para adaptar su política según sea necesario. Las decisiones sobre las tasas de interés y otros instrumentos de política monetaria estarán enfocadas en lograr el equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad de los precios, con miras a fortalecer la economía y el bienestar de la población.
La evolución favorable de la inflación en el tercer trimestre de 2024 y el pronóstico de alcanzar un 3 % hacia finales de 2025 son un indicador de que las políticas adoptadas por el Banco Central están surtiendo efecto. La mejora en la oferta de alimentos, la moderación de precios en electricidad y combustibles, y la reducción en costos internacionales han permitido una estabilización que beneficia tanto a los consumidores como a la economía en general.
Sin embargo, los retos persisten, particularmente en los precios de los servicios, los bienes regulados y el impacto potencial del ajuste salarial para el próximo año. A medida que Colombia avanza en la reducción de su inflación, el Banco Central se enfrenta al desafío de mantener un equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad de precios en un contexto de incertidumbre global y volatilidad en los mercados financieros. Con una visión centrada en la sostenibilidad y la transparencia en la política monetaria, el Banco Central seguirá trabajando en la aplicación de medidas que permitan alcanzar la meta de inflación para 2025, consolidando así una economía más estable y resiliente para Colombia.