Al mirar mis manos, solo pienso, cuan grande ha sido la bendición que he recibido, a pesar que, muchas veces me enfoco en que debería haber logrado más, en que muchas cosas han sido tan esquivas y que quizá los caminos se han ido desviando hacia un lugar diferente al que siempre vi en mis sueños.
Pequeñas han resultado las manos para recoger cada oportunidad, sobre todo, cuando he sido indiferente a las que han pasado por mi vida, sin que me haya dado cuenta a tiempo que la vida me ha ofrecido más de lo que he aprovechado.
¿Les pasa?
A mi si me sucede que, paso por la oportunidad y al analizarla la siento tan mía que la aprovecho, así me toque esforzarme duramente para lograr lo que tengo al frente, el sacrificio y la disciplina no se ven cuando nos enfocamos en el resultado final y me duele profundamente cuando sé que he perdido por mis actuaciones cosas que la vida me regala, a la final siento que todo hace parte de un propósito y que se logra lo que está asignado o predispuesto para mí.
Cuantas veces he perdido el sueño, he dejado de comer o disfrutar de una salida, por quedarme conquistando lo que vive en mi interior y que sé es mi pasión, es así como, por muchas horas escribo sin parar, escucho lo que escribo y medito sobre lo que me viene a la mente y trato de plasmar asertivamente, para lograr un resultado que quizá es nada para los demás, siendo que para mí es todo.
Cuan pequeñas son mis manos, cuando trato de agarrar el amor que doy y recibo, cuando tomo la gratitud que siento por mis padres y mi familia y cuando valido mi capacidad de resiliencia y empatía. Nada mas tratando de contar con mis dedos, que es lo que podría hacer de las veces que he recurrido a cada emoción, me resultan insuficientes.
La vida nos da todo, es egoísta de nuestra parte no valorar, cuan grande es abrir los ojos y estar vivos, amar, agradecer, sentir la alegría y la ternura y abrazar a cada ser amado que nos rodea. Lo tangible, probablemente es esquivo, se construye en la medida en que lo queramos o podamos. Tener las manos llenas de motivos es una riqueza invaluable, prefiero contarlos, que contar dinero.
¡Soy más feliz!